miércoles, 4 de julio de 2012

Para recordar



De todas las fiestuquis que he hecho yo en mi vida, y he de confesar que a mis años son unas cuantas, tengo un maravilloso recuerdo de los días de fin de año del 2004. Fueron tres días fantásticos que pasamos 10 mujeres en una maravillosa casa de una aldea de A Coruña.
Cogimos un microbús que conducía una de nosotras, profesional del ramo, y pusimos rumbo a Galicia llenas de felicidad. Risas, cachondeo, ganas de pasarlo bien, comida, bebida, música, baile, ronquidos, grifos nuevos de ducha que ahora son conocidos, pero antes no tanto, un caballo, un pastor eléctrico para que el caballo no escapase, Paquito escapando del caballo aterrorizado, tarta de santiago, cena de nochevieja, brindis, besos, más bailes, más risas, empanada, la madre de R esperando cuando llegamos para darnos las llaves y pasar revista, la chimenea encendida, la limpieza de la chimenea… los bailes de P que es la única que no entiende y la que más lo parece.  Intento recordarlo todo y como siempre se me ilumina la cara con el recuerdo y me quedo sin palabras.


Otra de inmemorable recuerdo fue nuestra boda: ir a por las chicas al aeropuerto, prepararles la cena, organizar las camas y colchones por casa, los litros de vino y cerveza que cayeron, mi corte en el dedo corazón de la mano derecha (vayapordiós hombre, vaya dedo pa cortarse), con sus puntos consiguientes, el grito de “ducha libre”, la escapada a la pelu de la que sería mi mujer, la emoción de la ceremonia, el poema de una madrina, las lágrimas de la otra, la concejala (alias Lacón) que se apuntó a la cena, lo que nos reímos, la barbacoa del día siguiente, llevar a las chicas hasta El Prat, la despedida, volver a casa, pararnos a comer en aquel repintado sitio tan extraño, pero ya casadas, volver a casa, y recordarlo todo con la sonrisa en los labios.






Una más que me quedará dentro es este Orgullo 2012 que tuvimos la fortuna de disfrutar en Madrid. No teníamos idea de ir, pero Pena Mexicana al preguntarnos si iríamos, hizo que nos entraran unas inmensas ganas de bajar a Madrid, y allí Chris nos invitó a cenar, y cuando llegamos estaba Lenteja que luego no se pudo quedar, y llegaron Farala y Kali, y Elenita Faralaez, y hablamos, y hablamos, y echamos mucho de menos a la Güera, y nos conocimos y no nos decepcionamos, sino que nos gustamos. Y repetimos al día siguiente, y comimos ya sin las chicas Faralaez, y no falló la conversación, ni el intento de siesta que no fue, y sí que falló el bus que nos había de llevar hasta Alcalá, pero siempre hay otro que coger, y llegamos a la mani, y estuvimos horas de pie con el armario de Hormiga que continuamente abría sus puertas. Y estaba Candela, y  Desde la Balconada, y… no me acuerdo quien más… pero estaban, y nosotras bailando y queriéndonos como siempre.

Y vuelvo a sonreír, y a dar gracias a la vida por darme estos momentos que siempre estarán en mi memoria

5 comentarios:

  1. Sí, yo estaba, pero no pudiste poner el enlace :) :) :)

    No pude comunicarme contigo porque creo que no tienes e-mail en el perfil. Un beso.

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  2. Os hice un vídeo a ti y a tu mujer bailando en plena Gran Vía (o Big Road como la llama Farala) que me emociona. No te lo puedo pasar porque pesa mucho. A ver cómo me organizo para que lo puedas ver...

    Me encantó poder contar con vuestra presencia en el Ala Norte del Rincón del Arco Iris. Pero os fuisteis sin rellenar la encuesta de calidad jodías!!

    Un abrazo inmenso!

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  3. A mí me gustó mucho veros bailar... Hacía bastante que no veía a una pareja que derrochara tanto amor en la mirada. ¡Fue hermoso, de verdad!

    ¡Un abrazo!

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