De todas las
fiestuquis que he hecho yo en mi vida, y he de confesar que a mis años son unas
cuantas, tengo un maravilloso recuerdo de los días de fin de año del 2004.
Fueron tres días fantásticos que pasamos 10 mujeres en una maravillosa casa de
una aldea de A Coruña.
Cogimos un
microbús que conducía una de nosotras, profesional del ramo, y pusimos rumbo a
Galicia llenas de felicidad. Risas, cachondeo, ganas de pasarlo bien, comida,
bebida, música, baile, ronquidos, grifos nuevos de ducha que ahora son
conocidos, pero antes no tanto, un caballo, un pastor eléctrico para que el
caballo no escapase, Paquito escapando del caballo aterrorizado, tarta de
santiago, cena de nochevieja, brindis, besos, más bailes, más risas, empanada,
la madre de R esperando cuando llegamos para darnos las llaves y pasar revista,
la chimenea encendida, la limpieza de la chimenea… los bailes de P que es la
única que no entiende y la que más lo parece.
Intento recordarlo todo y como siempre se me ilumina la cara con el
recuerdo y me quedo sin palabras.
Otra de
inmemorable recuerdo fue nuestra boda: ir a por las chicas al aeropuerto,
prepararles la cena, organizar las camas y colchones por casa, los litros de
vino y cerveza que cayeron, mi corte en el dedo corazón de la mano derecha
(vayapordiós hombre, vaya dedo pa cortarse), con sus puntos consiguientes, el
grito de “ducha libre”, la escapada a la pelu de la que sería mi mujer, la emoción de la ceremonia, el poema de una madrina,
las lágrimas de la otra, la concejala (alias Lacón) que se apuntó a la cena, lo
que nos reímos, la barbacoa del día siguiente, llevar a las chicas hasta El
Prat, la despedida, volver a casa, pararnos a comer en aquel repintado sitio
tan extraño, pero ya casadas, volver a casa, y recordarlo todo con la sonrisa
en los labios.
Una más que me quedará
dentro es este Orgullo 2012 que tuvimos la fortuna de disfrutar en Madrid. No
teníamos idea de ir, pero Pena Mexicana al preguntarnos si iríamos, hizo que
nos entraran unas inmensas ganas de bajar a Madrid, y allí Chris nos invitó a
cenar, y cuando llegamos estaba Lenteja que luego no se pudo quedar, y llegaron
Farala y Kali, y Elenita Faralaez, y hablamos, y hablamos, y echamos mucho de
menos a la Güera,
y nos conocimos y no nos decepcionamos, sino que nos gustamos. Y repetimos al
día siguiente, y comimos ya sin las chicas Faralaez, y no falló la
conversación, ni el intento de siesta que no fue, y sí que falló el bus que nos
había de llevar hasta Alcalá, pero siempre hay otro que coger, y llegamos a
la mani, y estuvimos horas de pie con el armario de Hormiga que continuamente
abría sus puertas. Y estaba Candela, y
Desde la Balconada,
y… no me acuerdo quien más… pero estaban, y nosotras bailando y queriéndonos
como siempre.
Y vuelvo a
sonreír, y a dar gracias a la vida por darme estos momentos que siempre estarán
en mi memoria
Sí, yo estaba, pero no pudiste poner el enlace :) :) :)
ResponderEliminarNo pude comunicarme contigo porque creo que no tienes e-mail en el perfil. Un beso.
No te localizo.... ni idea...
EliminarOs hice un vídeo a ti y a tu mujer bailando en plena Gran Vía (o Big Road como la llama Farala) que me emociona. No te lo puedo pasar porque pesa mucho. A ver cómo me organizo para que lo puedas ver...
ResponderEliminarMe encantó poder contar con vuestra presencia en el Ala Norte del Rincón del Arco Iris. Pero os fuisteis sin rellenar la encuesta de calidad jodías!!
Un abrazo inmenso!
aixxxx.... me encantaria verlo. vimeo o similar?
EliminarA mí me gustó mucho veros bailar... Hacía bastante que no veía a una pareja que derrochara tanto amor en la mirada. ¡Fue hermoso, de verdad!
ResponderEliminar¡Un abrazo!