Hace un par o
tres años me llegó un correo de un antiguo alumno que decía haberse acordado de
mí por una de aquellas célebres expresiones que todo profesor que se precie
tiene a flor de saliva.
Me buscó este
muchacho, me encontró y comenzamos una tímida relación e-pistolar donde el se
expresaba mucho más vehementemente que yo. Me contó su vida y milagros, sus
estudios, los de su hermano (casualmente los recuerdo perfectamente aunque
hayan pasado más de 15 años), pues los tuve en bachiller y COU.
Supongo que ya
por mi tono se advierte que este joven no era santo de mi devoción, pero
sorprendida por su afán de explicarse, lo dejé escribir y comentar.
Hete aquí que en
mi tercer correo se me ocurre decirle por aquello de congratularme con él:
“Sigues tan aficionado
al futbol?”
Dios, saltó la
caja de los truenos y se lanzó hacia mí con un odio mortífero echándome en cara
que de él sólo habíamos querido conocer su vertiente más radical, la futbolera.
Era un incipiente ultra pero en plan pijo, y a mí, socia del club local desde
casi mi nacimiento y asidua a los partidos durante más de 30 años, me aborrecen este tipo de personajes.
Pero más aún que renegara de su personalidad que no era otra que la que él nos
enseñaba.
No le contesté ni
volví a saber de él, pero su actitud me dejó un amargo regusto, y un
interrogante en mi vida:
¿Somos como
creemos que somos? ¿qué perciben los
demás? ¿cuidamos de enseñar
apropiadamente nuestra realidad?
¿tenemos memoria para recordar como éramos?
Por ejemplo, a mí
no se me olvida que con 15 años yo quería ser monja, ni reniego de ello. Fue
una parte de mi vida, nada más
Tengo una amiga desde la infancia, infancia, con la que fui a clase hasta COU. A veces cuenta cosas que yo no recuerdo, para nada, que fueran así... Ella se ha inventado parte de su infancia y su adolescencia. Yo callo y no reniego de quien fui, que también es quien soy (aún habiendo cambiado).
ResponderEliminarEso si que es divertido, cómo cada uno tiene un recuerdo diferente de los mismos hechos...
ResponderEliminartu eres de Oviedo Oviedo? o de un pueblo cercano. Es que me acabas de recordar a una muchacha que conozco, porque es prima de unos primos mios y yo siempre he pensado que ella quiere ser monja, pero no fue. Cada vez que pregunto por ella, esta con sus amigas las monjas en algún país pobre ayudando...en fin, no sé porque te cuento esto jajajaja
ResponderEliminardel mismísimo Oviedín, Blau, y tú<'
EliminarHay gente más miope que otra
ResponderEliminarbss
O con mucha vista, ya ni sé.
EliminarBss
Pues ahora que lo preguntas, cuando la gente me dice algo acerca de cómo me perciben, invariablemente me sorprenden; a veces me consideran dulce, otras veces tranquila, que infundo paz y cosas lindas (nunca me han cantado el precio) y yo no me considero nada de eso... pero bueno, ¿quién soy yo para desengañarlos?
ResponderEliminarbesos
Cada vez me creo más que somos lo que parecemos, porque es lo que enseñamos a los demás. De que nos vale decir que somos sinceras si mentimos a los demás?. Somos loq ue perciben de nosotros, creo yo, vamos, o no, ya ni sé.
EliminarBesos, Pena y espero que las cosas vayan mejorando
Menuda cuestión e interesante. La gente tiende verse unas veces como lo más, otras como lo menos.
ResponderEliminarYo he tenido varias ocasiones en mi vida para darme cuenta de que había cosas que pensaba de mi misma que eran un error garrafal, así que prácticamente dejé de pensar en cómo era o dejaba de ser. Y desde luego no le pregunto a nadie "como me ve", pero el comentario más extendido es que soy una persona intransigente,dura y fría, sobre todo conmigo misma pero también con los demás.
No se si será verdad o no y tampoco me preocupa, aunque me sorprende porque no me veo "tan" así.
En fin, todos somos muy complejos y las relaciones con los demás también lo son porque en general nunca tratamos a una persona igual que a otra, con lo cual las percepciones de estas pueden diferir un montón sobre nosotras mismas.