Eso de tener a
Madre en casa está trastocando los fondos de nuestras augustas costumbres. No
porque nosotras tengamos problemas, imposible. El carácter de Laquetecuén hace
que se soslaye cualquier tipo de problema, sino porque el día a día se
convierte en algo diferente a lo que teníamos acostumbrado.
El ejemplo más
claro es el factor televisión. Laquetecuén y yo tenemos un sinfín de
coincidencias en los gustos televisivos, y si no, siempre teníamos a mano la
televisión “a la carta” que nos sacaba
de cualquier conato dicusional que hubiera en nuestro living room.
Pero, oh cambio
consuetudinario…!!! Madre ha venido a
revolucionar esas pequeñas cosas de la cotidianeidad que provocan en los seres
humanos la sensación de bienestar y de hogar-estufa. Se ha apoderado del mando
y ha impuesto sus usos y costumbres que miedo me da se trasmitan de generación
en generación sin necesidad de ningún sistema de escritura.
Fehaciente es de
todo esto que el domingo 1 de enero por
la mañana, ineludiblemente yo me sentara a escuchar el concierto de Viena,
(sabedora de que no habría saltos desde Garmish) como he hecho toda mi vida a
la espera de Radezsky y sus palmadas, cuando de repente una mano se apodera del
diabólico instrumento que descansaba sobre la mesa de centro, zapea
alocadamente y se para cuando llega a “Benito y Manolo”. Manos a la obra,
después de todo. Y oigo decir: “Esto es
lo que me gusta a mí, que por lo menos me río…”
Y nos reímos, por
Manolo y Benito y por no llorar. Por lo menos pudimos pasar la Navidad juntas.
En nuestra casa también sucede. La tía ha querido imponer sus "Tusiquevales", "Anarosa", "Debuenaley" y demás productos similares. Por nuestra higiene mental y porque no está de visita y nos negamos a ese panorama a largo plazo, nos hacemos vilmente locas cuando quiere ver algo así y encendemos la radio o proponemos actividades alternativas (¡Todas a tejer!). Solamente hemos caludicado con la Campos (me atraganto) los fines de semana. ¿Imposiciones ajenas en mi casa? no gracias, para eso ya está la vida exterior...
ResponderEliminarbesos
¡Madre del amor hermoso! Paciencia.
ResponderEliminarManolo y Benito el día de año nuevo....mú fuerte!
ResponderEliminarFía, me acabas de recordar a mi madre. Desde el balcón se oían sus carcajadas cuando veía un programa terrorífico. Mis amigos preguntaban, ¿qué le pasa a tu mamá? y yo respondía: tranquilos esta viendo SS. Suerte que en mi casa cada uno tenía su tele.
ResponderEliminarUn besín
Es un fastidio no coincidir. Las sobrinas tampoco discuten, agarran el mando y no se mueven del disney channel o el boing. Estoy de Phineas y Ferb y de Bob Esponja hasta las narices. Menos mal que me queda el ordenador, ah, no que tengo una quinceañera feisbukeando todo el tiempo.
ResponderEliminarCómo no voy a dejar que Madre tenga el mando (en plaza) si ahora estamos cada una con nuestro ordinateur y ella disfrutando con "uno para ganar". Tres veces le he tenido q preguntar el nombre del programa para poder escribirlo
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