Por estas cosas que trae y lleva la vida, hemos tenido el placer de tener a mi madre unos días en casa, juntamente con la señora que la atiende esta temporada (que no es buena temporada, por eso ha de tener compañía).
Como vivimos a casi 1.000 kms de distancia, Laquetecuén y yo salimos prestas un sábado por la mañana, llegamos por la noche y al día siguiente nos vinimos las cuatro dispuestas a pasar una semanita en amorosa compañía. Y así fue, teniendo en cuenta que yo trabajo por las tardes, pocas fueron las horas que pude pasar con ella y muchas fueron las que mi madre querida se aburrió.
Por aquello de la tarifa plana, se liaba a hablar a todas horas by phone, y no teniendo la prensa diaria, reclamaba de sus amistades la puesta al día de todo lo sucedido en cada pueblo, calle y casa no sólo de nuestra ciudad de referencia, sino de toda la comunidad autónoma. Sus amigas, curiosotas como ella, devoran la prensa, la estudian y luego hacen un interesante debate en el que comparan las entendederas de cada una de ellas. Cuantas veces no habré yo oído a mi señora madre decir: “mira si será ignorante Fulanita que dice que leyó en el periódico noséqué y lo que dice es nosecá”.
Así echan la mañana estas mujeres, que además de noticias locales y de sociedad, puedo asegurar que también saben de economía o política exterior. Creo yo que menos en deportes y tecnología, mi madre está al tanto de casi todo lo que pasa en el mundo, gracias a Dios, que aún mantiene viva la llama de la curiosidad, aunque a estas alturas ya lo mezcla todo un poco y hay veces que resulta descacharrante oírla confundir algún concepto que hasta no hace mucho tenía claro, muy claro.
Viene todo este introito, prolijo, ya lo sé, pero esmerado y muy cuidado en su presentación, para explicar porqué cuando llegué a casa un día de la semana pasada estaba Fermina, la acompañante, partiéndose el bazo a carcajadas señalando a mi madre.
Resulta que mi madre en cuestión estaba al teléfono con la “señora Fifi”, me contaba Fermina, hablando de sus cosas, cuando va mi madre y le espeta: “Fifí, tú que te lees las esquelas todos los días, ¿murió alguna de las que conocemos?. Y por lo visto, la señora Fifi, sin inmutarse le dijo que ninguna, a lo que la mía dijo: Vale, menos mal.
Qué más puedo añadir…. Reirme a carcajadas, cómo no….
Pues claro, fía, ya se quedó más tranquilina, es lo que tiene recibir buenas noticias, jajaja.
ResponderEliminarPD: marcela con problemas para firmar
Hay que saber de todo, hasta de las esquelas!
ResponderEliminarMuaks
Ja, ja, ja...
ResponderEliminarNiña, Feliz año!!!! mucha salud & amor
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